jueves, 5 de septiembre de 2013

Elegir una fecha

Elegir la fecha de la boda puede suponer mucho estrés y a veces un conflicto con tu pareja o con tu familia. No dejes que esto ocurra, la decisión debéis tomarla tu futuro marido y tú, nadie más. El resto deberá adaptarse a la decisión que toméis.

Por supuesto el factor más importante para elegir la fecha de la boda son vuestras apetencias. La mayoría de la gente elige una boda primaveral o veraniega, sobre todo por comodidad a la hora de ir vestidos (salvo para los novios, que pueden llegar a pasar calor en exceso), para no arriesgarse con la climatología, las horas de sol, etc. pero eso no quita para que una boda de invierno no pueda ser preciosa.



Eligiendo el sitio apropiado (zonas de montaña donde las posibilidades de que haya nieve sean elevadas, por ejemplo) la estampa puede ser preciosa, únicamente hay que mentalizarse de que la boda que vamos a celebrar se saldrá por completo de lo tradicional. Para empezar, deberíamos hacerla de mañana, ya que si no las fotos serían todas de noche y no podríamos apreciar los preciosos paisajes (si encontramos un fotógrafo capaz de crear una buena iluminación en una determinada zona también pueden quedar preciosas). La comida, a mi parecer, debe ser "contundente" y ayudar a nuestros invitados a entrar en calor. Un buen caldo de entrante, un pescado alto en calorías (bacalao, salmón...), y una buena carne (cordero, cochinillo...) harán que nuestros invitados se olviden de las temperaturas invernales rápidamente. Por supuesto el vino ayuda!! Además existen ventajas añadidas a elegir estas fechas: no tendremos problemas de escoger fecha en la iglesia o el ayuntamiento, nos ahorraremos muchísimo dinero en el cubierto y el alquiler de la finca para la celebración si decidieramos hacerlo en una, la luna de miel probablemente nos saldrá también bastante más económica, ya que es temporada muy baja para este tipo de viajes, etc.



En cuanto a las bodas otoñales, las ventajas son muy similares a las bodas de invierno, pero en otoño las probabilidades de lluvia son mucho más altas, y no suele ser fácil encontrar zonas con nieve (aunque la estampa de los árboles con las hojas marrones también es preciosa). El clima es bastante más arriesgado (casi como en primavera) y es fácil equivocarse eligiendo la ropa para nuestro día, ya que puede hacer tanto calor como frío.



Por último, la elección del día de la semana es muchas veces lo más peliagudo. El día "ideal" para nuestros invitados es el sábado, ya que pocos trabajan ese día y menos al día siguiente, por lo que la celebración puede alargarse todo lo que queramos, facilitamos las cosas a aquellos que vienen de fuera, etc. pero en realidad, a mi parecer, es el día menos "ventajoso" para los novios, ya que suele ser mucho más caro celebrar la boda en sábado (cubierto, servicios, etc.), si es un lugar "compartido" estará lleno de celebraciones por lo que la sensación de que es vuestro día se verá algo difuminada, y además seguro que muchos novios trabajan hasta el último día y llegan a la boda con el cansancio acumulado de toda la semana, por no hablar del riesgo de que los colegas os "secuestren" el viernes para una pequeña fiesta y vayáis hechos polvo a la ceremonia...

Las bodas en domingo yo las llamo las "bodas modositas". Son esas bodas que siempre se celebran al mediodía, nadie bebe en exceso porque la mayoría trabajan al día siguiente, y a las 22-23h como muy tarde suele haber terminado la fiesta. Te ahorras algo de dinero con respecto al sábado, pero no el resto de "inconvenientes", a aquellos que vienen de fuera les haces además una buena faena, ya que necesitarán salir pronto de vuestra boda para llegar a una hora prudencial a sus casas o pedirse el lunes libre (esto puede ser una ventaja para vosotros, más de un "invitado de compromiso" no irá, y os ahorraréis el cubierto de alguien que realmente no tenía ganas de ir o a quien tuvisteis que invitar por compromiso familiar etc.)

Las bodas en viernes son una faena para los invitados, algunos podrían trabajar en sábado y tendrían que pedir el día libre. Los que vengan de fuera también tendrán que pedir el viernes, ya que con toda seguridad si no no les daría tiempo a llegar, estarán la mayoría cansados de toda la semana trabajando, etc. Pero también tiene bastantes ventajas: los viernes es mucho más barato celebrar la boda, os ahorraréis en torno a un 10-15% con respecto a un sábado (depende del sitio y del menú claro está); os quitaréis muchísimos invitados de compromiso, la gente que realmente quiera ir hará el esfuerzo y los que pudieran dudar y no les apeteciera mucho tendrían la excusa perfecta; el lugar de la celebración estará con más probabilidad a vuestra entera disposición, podréis alargar la fiesta todo lo que vuestros invitados aguanten, ya que tenéis todo el fin de semana para reponeros; no hay apenas riesgos de que los colegas os jueguen una mala pasada la noche antes de la boda; aunque no os voy a engañar, frescos tampoco iréis: aunque os pidáis la semana entera de vacaciones estaréis con los últimos remates de la boda y apenas dormiréis si sois nerviosos...

Por último, las bodas entre semana creo que están reservadas a aquellas bodas muy íntimas, en las que sólo queréis que estén vuestros familiares más cercanos y que la celebración sea algo breve. Esta opción es muy ventajosa económicamente hablando, y siempre podéis invitar a quien os apetezca, que quedase fuera de vuestro día, a una comida en un buen restaurante que os saldrá muchísimo más económico que si vais "disfrazados" de boda. Por otro lado, la sensación de estar celebrando vuestro "gran día" no será de tan grande, pero esto ya va sobre el gusto de cada uno.

De nuevo repito, que lo que no debéis es dejaros influir por las imposiciones (que las puede haber) de algunos familiares o amigos. Nunca llueve a gusto de todos, pero el día de vuestra boda deberá llover al vuestro (figuradamente hablando ¿eh?), que no os molesten los comentarios de "vaya faena me haces" que también es posible que los haya. El que quiera ir os dirá que va encantado, sin problemas y sin protestar por el día que hayáis elegido.


miércoles, 14 de agosto de 2013

La búsqueda del vestido ideal

La búsqueda del vestido ideal

Todos sabemos lo complicado y caro que resulta personalizar una boda. Nosotros nos dimos cuenta cuando comenzamos a organizar la nuestra... Comenzamos por el vestido: Yo quería un vestido que tuviera detalles en color negro, ya que soy heavy y, casarme entera de negro era demasiado, pero un detalle podía quedar bien. Encontré un modelo que me encantó:
peeeeero, aquí comienzan los problemas.

1. El vestido es de un diseñador italiano, y no se comercializa en España. Me pongo en contacto con la casa para ver si lo comercializan aquí y me dicen que me lo envían (sin probármelo ni verlo insitu claro está...) y que el vestido cuesta 4500€!!!!. Lógicamente, descarto la opción de comprarlo a la casa.


2. Me planteo hacerlo en una modista. Volvemos al mismo problema de "sin probártelo". El vestido te lo hacen a medida, tú eliges las telas, colores, texturas... la diseñadora hace un "boceto" del vestido, imitando al máximo el original y me da un prespuesto. En los sitios que visité los presupuestos eran muy variados (entre 450€ y 2000€) pero todas las modistas coincidian en lo mismo: me hacían el vestido con X pruebas de por medio (entre 2 y 4) y a partir de la última, como quede quedó... es decir, si en la última prueba no te gusta algo del vestido los siguientes cambios los pagas a parte... Esto me pareció cuanto menos una estafa, porque si quieren hacen un arreglo mal aposta, obligándote a pagar más del presupuesto inicial.

3. Lo del color negro resultó bastante chocante a algunas personas de la familia, y me insistieron tanto tanto en que no me casara con un vestido con color, que al final me convencieron para comprar uno blanco completamente... así que a volver a empezar a buscar...

Como mi prespuesto era muy, pero que muy ajustado para el vestido, empecé a buscar outlets y tiendas donde hicieran buenos descuentos. Tras recorrer varias y no encontrar nada que me convenciera, finalmente me llegó un correo de una firma española (no quiero hacer publicidad a nadie, que no me pagan por ello), que hace una vez al año o dos un "outlet" de sus vestidos de la temporada que se va a quedar desfasada. A un año de la boda fui a la cita que concerté para su outlet y allí lo encontré. Me costó 499€ más arreglos (200€ precio cerrado) y el trato de las dependientas fue insuperable. Este fue mi vestido:



Sólo hay un par de pegas a conseguir el vestido por estos medios: el vestido tienes que guardarlo tú, la tienda no tiene "hueco" para vestidos de outlet. Además, los arreglos te los hacen en "temporada baja", es decir, en Noviembre, por lo que si te casas a finales de Junio como yo, te arriesgas a que para la fecha de la boda tengas que buscar una modista que te haga algún arreglo más (por suerte no fue mi caso, ya que no suelo variar mucho de peso...)

Consejos: Si te haces con la ayuda de una Wedding Planner desde el primer día, procura que sus servicios comprendan absolutamente todos los aspectos de la boda (incluso acompañarte a elegir vestidos o asesorarte de qué tiendas se pueden adaptar a tu presupuesto y gustos).
No vayas a probarte el vestido con más de 2-3 personas, te volverán loca.
Procura llevar los zapatos con la altura de tacón aproximada que quieras llevar el día de tu boda. Especialmente si eres alta, puedes tener problema para encontrar un vestido que te llegue al suelo (con mi 1,74m. puedo asegurar que en muchas tiendas me querían cobrar suplemento de "extra largo"...)
Aunque un vestido en la percha no te convenza, si te lo recomiendan dale una oportunidad. Muchas veces nos obcecamos con estilos que no nos favorecen en absoluto y nos sorprendemos cuando nos probamos algo que no nos convencía, y resulta que nos queda maravilloso.